La
ciudad neoliberal es agresiva, dura, hosca, triste, individualista, peligrosa, selectiva,
satisfecha de sí misma, arrogante, uniformadora,
competitiva.
La
ciudad neoliberal margina, aísla, segrega, marca, expulsa, cerca los bienes
comunes, privatiza lo que es de todos.
La
ciudad neoliberal desperdicia experiencias, produce ausencias, domina y
subordina.
Pero
en los intersticios de la ciudad neoliberal, a pesar de las segregaciones, de las jerarquías, de los individualismos, de las
desconfianzas, de los temores, de los
aislamientos, de la competitividad, están los encuentros, las afinidades, las
solidaridades, las colaboraciones.
No
todo está perdido en la ciudad neoliberal: hay resistencias, posibilidades, exploraciones,
utopías, espacios y prácticas de
cooperación, de apoyo muto, de altruismo, hay rebeldías.
Espacios y prácticas que redefinen las cercanías y las distancias con los
“otros”: se transita de la “otredad
enemiga” a la “otredad amiga” para
dibujar una “nosotredad” virtuosa e incluyente, hecha de pequeños gestos de insubordinación.
Detrás,
abajo, arriba, en los huecos de la ciudad neoliberal está la ciudad
colaborativa.Está la no-cuidad, el no-capitalismo. Está el gesto que niega la cotidianeidad de las falsas cercanías del
mercado.
En
ella hay construcción de lo común. Aparecen nuevos “comunes”, nuevos lazos,
nuevas reciprocidades: nuevas grietas en la prepotencia neoliberal.
Los
“comunes” aprenden con los otros, de los otros y para los otros y fundan espacios físicos, culturales y políticos de convivencia.
Lo
común se opone tanto a la máquina uniformadora de la producción y el consumo
como al individualismo y al “narcisismo de las pequeñas diferencias”. Lo común
es encuentro y solidaridad.
En
la ciudad colaborativa se conquistan espacios, es decir, se pelean centímetro a
centímetro, cuerpo a cuerpo, proyecto a proyecto, palabra a palabra.
Los
diferentes, pero iguales, desafían las normas: piensan, sienten, experimentan, juegan y se la juegan: hacen
música, teatro, robots, artesanías, cultivan
lechugas, aprenden unos de otros. Inventan, bailan, cantan, tejen, cooperan,
resisten, subvierten.
Dan
la espalda al mercado. Crean nuevos intercambios: producen, consumen, enseñan,
cultivan de otras maneras, divergen,
intercambian sociodiversidades.
No sé como llegue a este blog, pero me preocupa.
ResponderEliminarEste blog no tiene ni pies ni cabeza.
Es claramente un juego de fama de su creador.
En su discurso se preocupa solo "del buen escribir".
No hay propuesta de nada, solo de temas que se encuentran en cualquier sitio.
Perdida de tiempo.
COMPARTO UNA MIERDA DE BLOG.
ResponderEliminar