martes, 30 de octubre de 2012

Post 12: Aleatoriedad, simetría e identidad


Vuelve este blog después de unas largas vacaciones. Lo hacemos estimulados por un post de Juan Freire quien en su blog se refiere a nuestro trabajo de investigación con Diego Herranz, en Medialab Prado. Uno de los intereses de Juan ha sido encontrar el "código" de Medialab de manera que pueda ser replicable en "otros espacios de innovación, ya sean laboratorios empresariales, de emprendedores o cívicos".  De este modo, propone que Medialab Prado es una entidad conformada por  4 capas de herramientas, cultura y procesos. A saber: 1 Programación y metodología para las líneas / grupos de trabajo;  2. Entorno para la generación de proyectos y grupos de trabajo autónomos por parte de los usuarios;  3. Cultura de hospitalidad;  4. Infraestructuras del día a día.


Nuestra investigación, de carácter empírico, destinada a conocer las condiciones de posibilidad organizacional de Medialab Prado, tiene muchos puntos de contacto con las reflexiones de Juan Freire, pero está en sus comienzos con lo cual no tenemos todavía unas respuestas de conjunto a las preguntas que nos hemos planteado al iniciarla. Por ejemplo, todavía no sabemos si Medialab Prado es un "paradigma" o si es una valiosa "anomalía" organizacional que está condicionada por muchos factores, algunos de ellos de difícil replicabilidad. No obstante, nos gustaría aportar, desde una situación de work in progress, y sólo a modo de apuntes, tres reflexiones al hilo de las de Juan Freire.


La primera tiene que ver con la aleatoriedad, es decir, el encuentro con y, a la vez , la producción consciente de azar organizacional como una de las características  que, por ahora,  consideramos definitorias de Medialab Prado. En otro post decíamos que las organizaciones, actualmente mayoritarias, temen al azar, incluso nacen para controlarlo. La diferenciación de roles y funciones, las escalas jerárquicas,  los saberes y  lenguajes especializados, los despachos cerrados, el establecimiento en un lugar físico determinado, las culturas corporativas únicas etc., son todas estrategias, más o menos exitosas para reducir el azar.  Pero Medialab Prado y otras organizaciones similares, justamente han roto con esas prescripciones y se lanzan al azar. No le temen. En tanto plataforma de mediación, Medialab Prado recoge el azar y la variabilidad del medio social y (otra de sus múltiples paradojas) a la vez, lo produce "planificadamente",  a través de la programación (*)  y las metodologías de los grupos de trabajo, por ejemplo. Es decir, trabaja racionalmente para generar las condiciones de posibilidad para que, mediante lo aleatorio, “las cosas ocurran”. Subrayamos posibilidad y no probabilidad. Medialab Prado apuesta por las posibilidades sin conocer las probabilidades de éxito. La recogida de azar, por otra parte, la hace a través del ensamblaje virtuoso de sus estructuras materiales (tecnológicas) psicosociales y culturales de carácter "escuchantes", invitantes, seductoras  y "hospitalarias". A esta institución llega variabilidad del entorno, bajo la forma de proyectos, ideas e iniciativas pero también bajo la forma de preguntas, dudas, desconciertos o simplemente "ruido" social que, no obstante, tienen la posibilidad de integrarse en comunidades de práctica, con diversos grados de permanencia, en su etéreo cuerpo institucional, como una más entre muchas.


La segunda tiene que ver con el concepto de innovación simétrica que hemos desarrollado para otros contexto de investigación pero que creemos está presente de manera muy intensa en muchas de las prácticas de Medialab Prado. Este concepto, aunque comparte una misma voluntad de apertura a la creatividad, no es lo mismo que  el  de "innovación abierta" conocido en las prácticas de innovación empresariales y  ahora ampliado a otras realidades más experimentales. La innovación abierta en su origen es una forma de gestión empresarial que buscaba incorporar a toda la cadena de participantes en la producción (suministradores, distribuidores, usuarios). Este concepto, en general, sigue vinculando la innovación al mercado y a la figura del emprendedor individual y se la considera como un hecho excepcional, principalmente relacionada y con la innovación tecnológica. Más allá de su apertura define un proceso asimétrico que establece jerarquías entre los actores en las prácticas de innovación. Por el contrario, para la innovación simétrica, lo importante no es sólo la ampliación del número de participantes en las iniciativas sino, lo relevante es conocer qué poder de decisión tiene cada uno de los actores en los proyectos, es decir, desde qué lugar social emerge la demanda de innovación y si esta es satisfecha o no. Al mismo tiempo, la innovación simétrica se pregunta por los objetivos a los que sirve. La innovación no es positiva per se. Para la innovación simétrica, la simetría debe darse tanto entre los sujetos entre sí como entre los sujetos y los objetos tecnológicos. Critica la subordinación social  a la tecnología y propone un modelo de apropiación y co-desarrollo más que de uso . Se trata de romper la jerarquía de los actores y proyectos y generar conductas colectivas de innovación a partir de las demandas de los propios implicados en las prácticas. La idea es justamente que los sistemas innovadores sean transversales a la sociedad, que emergan desde la misma sociedad y se reformulen los circuitos de oferta-demanda de bienes comunes. Creemos que en esta línea se concibe y se desarrolla la inovación en Medialab Prado.


La tercera tiene que ver con los aspectos socioculturales o psicosociales y que actúan como elementos aglutinadores y motivadores para los sujetos implicados en las prácticas, es decir, la identidad de Medialab Prado. Dado su particular forma organizativa nuestra tesis es que se trata de una identidad reticular,  modular y difusa, es decir una identidad común que nace del encuentro entre identidades y pertenencias heterogéneas. Como los módulos de un artefacto, las identidades modulares de los distintos colectivos, grupos de trabajo etc. se acoplan y desacoplan sin imponer su diferencia al conjunto ni ser absorbidos por éste. Medialab al mismo tiempo recoge y produce identidades pero sin voluntad de apropiación ni de subordinación. En tanto identidad difusa se aleja de los binarismos y las pertenencias excluyentes aceptando grados de participación variables. Es una identidad imprecisa e incierta como lo es todo lo "común".


*Tal vez en este sentido es pertinente hablar de laboratorio, es decir como "planificación del azar" pues un laboratorio es justamente un lugar donde las variables se controlan al máximo; donde la exclusión de lo aleatorio es obsesiva e infatigable.

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