viernes, 19 de julio de 2013

Post 22: Sistemas realizativos de innovación social ( 1)




"Sistemas realizativos" es un neologismo. Muy feo, pero útil. Lo acuñamos para definir espacios de prácticas sociales, diferentes aunque complementarias e imbricadas con los sistemas educativos y productivos. Sabemos que los dos grandes sistemas sociales relacionados directamente con la innovación son, grosso modo, el sistema educativo/formativo y el de la producción. Se supone que este último es quien le formula las demandas al primero.Las innovaciones son prioritariamente entendidas como innovaciones hechas por y para el sistema productivo. El sistema productivo es dominante y el educativo/formativo es subordinado. El sistema educativo/formativo debe adecuarse a la velocidad de los cambios de la economía y, en particular, a las implacables exigencias de la obsolescencia tecnológica

Pero sabemos también que ese ajuste nunca se produce del todo y que existe estructuralmente una cantidad ingente de saberes y experiencias sociales que no encuentran realización ni en el sistema productivo ni en otro ningún sitio. A esos saberes y a sus portadores les hemos llamado discualificados para indicar un tipo de saber que siendo intrinsecamente valioso y resultado de grandes esfuerzos colectivos e individuales es desperdiciado, convirtiéndose en  ausentes. El prefijo “dis” señala una cualificación no necesariamente mejor o peor, sino distinta, diferente, diversa, divergente. Tanto la discapacidad como la discualificación son factores de positiva sociodiversidad que es urgente recuperar y valorizar socialmente. El imperativo del ajuste genera escasez artificial de un bien abundante y de propiedad común, el conocimiento, que se ve reducido a satisfacer a una parte muy limitada de las necesidades sociales. 


Proponemos el concepto de "sistemas realizativos", para designar un conjunto, todavía borroso,emergente, frágil y sin contornos definitivos, de espacios de actualización de los saberes disponibles, de lugares realización, es decir, donde se hacen realidad,  tanto  las cualificaciones como de las discualificaciones, entendidas ambas como capacidades individuales y colectivas generalmente desaprovechadas. Son espacios abiertos y horizontales que acogen la diversidad de los conocimientos y experiencias sociales distribuidas. Son espacios de experimentación, de prototipado, de bricolage que reciben y validan las ideas y proyectos de quienes quieran acercarse a ellos, dentro de unas líneas temáticas amplias.Las metáforas para describir estos lugares abundan: "laboratorios", "talleres", "hubs", "plataformas" etc. pero todas describen ámbitos no convencionales de interacción  e innovación social. Con una importante base tecnológica que favorece los intercambios y, en muchos casos, con una apuesta explícita por los valores de la llamada "cultura libre", estos lugares recogen la sociodiversidad fomentando los encuentros y colisiones azarosas entre objetos y sujetos disímiles pero con voluntad de construir lo común.


Existe cierto paralelismo entre los sistemas sociales realizativos y  la teoría de los "actos de habla" de Austin. Para este autor los actos performativos o realizativos son enunciados que cuando están siendo emitidos se convierten de manera simultánea en una acción. Mutatis mutandis, los espacios realizativos son espacios de enunciación y de acción; son lugares donde se reflexiona y se construye; se dicen y se hacen cosas. Se ensaya, se acierta y se yerra, cacharreando con ideas, con artefactos, con símbolos, con interacciones. Lugares de encuentro abiertos tanto a lo posible como a a lo necesario. 


Frente al exceso de enunciación del sistema educativo y al exceso de práctica del sistema productivo los espacios realizativos combinan la enunciación y la actuación; las prácticas reflexivas y las elucubraciones con pie a tierraEl sistema productivo es parcialmente realizativo, pues es evidente que recoge sólo una parte menor del saber y de las experiencias sociales disponibles. Es intensivo en el uso de conocimientos pero a cambio de una reducción considerable de las diversidades existentes. Por su parte, el sistema educativo/formativo es extensivo pero carente de proyectos y contextos de realización y, salvo excepciones, es altamente especulativo.


Un sistema realizativo es un lugar de experimentación sociotecnológica. Ejemplos de estos lugares, a diferentes escalas  y con diferentes objetivos y recursos son, en Madrid,  Media LAb Prado, Hub Madrid y Maker Space o el reciente proyecto Hirikilabs en San Sebastián, por citar sólo algunos. Los entendemos como un red capilar de lugares físicos y virtuales donde se desarrollan proyectos, se ponen en marcha iniciativas y se integran singularidades con el objetivo de crear, imaginar, diseñar y construir diversidad. 
Podemos entenderlos como parte de una cultura urbana alternativa más amplia donde se encuentran espacios con proyectos más políticos como Tabacalera (Centro social autogestionado) y el Patio Maravillas (Centro social ocupado) en Madrid, entre los cuales ha habido siempre intercambio de prácticas y participantes en sus actividades. Estos lugares pueden ser definidos como "extituciones". "Si las instituciones son sistemas organizacionales basados en un esquema dentro-fuera, las extituciones se proponen como superficies en las que pueden ensamblarse, eventualmente, multitud de agentes". 

Algunas de las características principales de estos espacios son las siguientes: a) están ubicados en lugares físicos de fácil acceso cerca de otros espacios con similares características de manera que constituyen a crear ecosistemas virtuosos. b) adoptan formas organizativas horizontales  y modulares, flexibles y adaptativas con mínima jerarquía entre puestos y funciones; c) fomentan la innovación simétrica, es decir, intercambios entre sujetos diferentes en capacidades pero iguales en valor; d) los perfiles de sus profesionales, así como de los usuarios del espacio, tienden a ser híbridos, mezclando saberes y prácticas de diverso origen; e) tienen formas de sostenibilidad económica amplias que mezclan lo público, con formas cooperativas  y privadas de obtención de ingresos; f) fomentan y sostienen formas de interacción internas y externas abiertas. Son espacios generadores de comunidades; g) se basan en una cultura de la confianza y la hospitalidad y un profundo respeto a las diferencias; h) tanto su estructura organizativa, generalmente modular, como la estructura de afectos y relaciones tiene una alta capacidad para incorporar lo nuevo y lo diverso; i) utilizan de manera extensiva y variable las nuevas tecnologías tanto como temática de investigación y/o práctica artística o como recurso de interacción;. j) tienen una red de vínculos a  nivel internacional y sus preocupaciones y proyectos son cosmopolitas e interculturales; k) participan de los ideales de la "cultura abierta" que estimula la libre circulación de los saberes comunes. 

Se trata en general de espacios en continua autoconstrucción y cambio. Sin un guión férreo de actuación, sino, por el contrario, abiertos a las contingencias por ensayo y error, son espacios siempre frágiles y sometidos a las mil fuerzas que atentan contra su existencia. El mundo oficial tiene una visión ambigua frente a ellos: por una parte los considera excentricidades inofensivas más o menos  naif  y, por otra parte, intuyen que pueden ser  formas organizativas que anuncian la cultura de la innovación del futuro, ofreciéndoles apoyos intermitentes.Pero, cualquier política de innovación que no se restrinja a los imperativos de la productividad, debería contemplar el fomento de sistemas realizativos o performativos amplios y diversos, entretejidos con los sistemas productivos y educativo/formativo. Ampliar el número, los recursos, la ubicación y las temáticas de estos lugares contribuiría a enriquecer las capacidades de todos para imaginar y construir lo nuevo o rediseñar lo antiguo.

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